Aunque
lo maten
Aunque
lo asesinen
Aunque
lo exterminen
como
desde hace siglos
Aunque
lo masacren
El
pueblo vencerá.
La
clase opresora
debe
comprender
que el
afán genocida
ha
llegado a su límite
El
estado represivo no puede durar
sus
lujos suicidas
no son
eternos
La
enfermiza decadencia de su sociedad
finalmente
será
superada por el amor de los que luchan.
El
brazo ejecutor
Las
fuerzas represoras
Los
asesinos a sueldo
Los
sucios verdugos
Los que
aprietan cobardemente el gatillo
obedeciendo
"órdenes
superiores"
No podrán vivir
No
podrán soñar
No
podrán dormir
Ni
cantar
Ni
escupir
No
podrán llorar
Ni
odiar
sin
sentir sobre sus cráneos grotezcos
la gota
ecocida de la culpabilidad.
Aquél que asesina a su propia raza estará por
siempre maldito.
Sus
amos
Los que
lamen sangre
por un
mísero sueldo
Los que
estudian y conspiran
para
organizar la explotación
y hacer
redituable la ignominia
Los
robots de carne y hueso
Los
vampiros de su entraña
Los
depredadores de sí mismos
están
condenados a desaparecer
Sólo
serán parte
de un
remoto pasado
ridículamente
caníbal.
Y los
propagandistas
Los
mentirosos
Los que
ponen la sonrisa
para
engañar despóticamente
Los que
justifican la matanza
limpian
las huellas
defienden
la podredumbre
tergiversan
lo hechos
Esos y
esas
que
utilizan la fina corbata
o el
collar de perlas
como
cadena umbilical
para sus
dueños
No
podrán comer
No
podrán beber
ni
imaginar
ni
escribir
ni leer
No
podrán besar
ni
acariciar
ni
escuchar
No
podrán hablar
ni
siquiera podrán defecar
sin que
el retortijón mortífero
del
remordimiento
les
recuerde su enorme bajeza.
Nosotros
Los
trabajadores
Los que
nos levantamos antes del alba
para
sudar alegres nuestro pan
Los
únicos creadores
de toda
la riqueza material y espiritual
sobre
la faz de la tierra
Los que
amamos la vida viviendo
Los que
acompañamos nuestras penas
mutuamente
y nos
reconocemos
como
miembros destacados
de una
misma especie
Los y
las del corazón henchido
contra
las adversidades
Nosotros
Nosotras
que nos
apoyamos solidarios
en
nuestra necesidad
Pronto
ahora
mismo
sabremos
organizarnos
equitativamente
para
anular
por
siempre
el
largo periodo
de la
sangrienta obscuridad.
La
historia es nuestra
El
rechazo a ser esclavo
es lo
que realmente
cambia
al mundo.
Por:
Nazario Soto
Imagen:
Isra Rosas
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