Aires oscuros soplan la noche del 26 de septiembre
el sureste de México
una
gota fría cae sobre mi rostro.
Se indigna mi sangre,
me
rabian los pulsos,
me
tiembla la piel,
me empaña la vista,
retumban
mis piernas,
me
oprime en los pies,
me
sangra la esperanza,
salpica
mis sueños,
me
taladran en mis latidos,
me
llora la dignidad,
me moja
las manos
me baña
de rabia,
me
duele la vertebra de mi esperanza,
me
punza el amor al otro,
me pica
el ojo derecho y esos que dejaron de ver como los míos;
convulsionan por la boca mariposas negras,
que se van y que agitan sobre el espacio las
manecillas del reloj,
que dibujan sobre el viento como marejadas los
llantos en bruma
los sueños muertos que regresan en los tiempos
de oscuridad y silencio.
¿Dónde
están los estudiantes de Ayotzinapa?
¿dónde
están los sueños de sus labios?
¿dónde
están atrapadas sus risas?
¿sus
pies descalzos que apretaron los surcos de la milpa cuando niños?
¿sus
gritos en medio de los cuadernos?
¿sus dedos llenos de callos y tierra?
¿Dónde están?
¿dónde
se fueron sus alas de barro milenario?
¿dónde
esta el brillo de sus ojos para agradar a sus padre cuando maestros
fueran?
la sangre sigue su caída y se riega por los
montes de México
¿Dónde
están?
¿en dónde estamos en medio de este horror de
Estado?
Por: Manuel Amador
Imagen: http://laotraplana.com/sitio/index.php/nacional/item/4719-aparecen-dos-de-los-57-normalistas-de-ayotzinapa
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