domingo, 1 de julio de 2012

Un país que despierta



México son mis ojos, los que mojo con sus ríos
los que miran al futuro, y ya no se cierran, permanecen absortos.
México son mis manos, fuertes y viejas, las que tocan la esperanza
no hay retorno:  porvenir, trabajo y la esperanza,  
no más sangre, ni nada para llorar.

México son mis alas, las que dejan de soñar
y justo toman el vuelo, entre dioses y batallas
con Zapata, Hidalgo y Juárez
y de nuevo un aire fresco, parecido a libertad.

Son mis pies que en la marcha, mis plantas en su suelo
y lo acompañan sus muertos, en silencio y con la causa,
a una misma voz callada.

México es mi boca y manos, las que se llenan de agua
las que golpean la pobreza y callan una ignorancia,
manos que con  tinta indeleble, silencian la sangre inútil

Son mis ojos, mis manos, mis alas, mis pies y boca
mis guerreros ancestrales,
mis caudillos y mis indios, mis jóvenes soñadores
un obrero, una madre con sus hijos, un profesor sometido.

Y mi país tuvo un sueño, un mal sueño que termina…
en él carecía de brazos, de pies, de alas, de boca
y lo dejaban casi muerto, con 70 mil más.
ya  llegó un caminador…con un gallo que  despierta,
es un hombre de conciencia, con la igualdad en su espalda,
y lucha sobre su hombro.

México despertó entonces y sin armas, y sin golpe
pero con mucho coraje, esperando la llegada, de justicia e inclusión
 y  respeto al sueño de otros.

y se levanta con armas, en caso de la mentira
y se levanta con armas, a favor de la verdad…
México ya no duerme, México ya no se cansa,
no hay miedo, ni desconfía
caminará día y noche, con un hombre y su esperanza
Nosotros lo acompañamos,  ya no hay ojos que cerrar…
la pesadilla termina.

Poema: María Cayo
Imagen: "Alegoría de la patria"

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